Quantcast
Channel: Sexología Mieville
Viewing all articles
Browse latest Browse all 73

¿Precoz a qué? Algunas líneas sobre la eyaculación precoz masculina

$
0
0

En términos generales, decir que un niño o niña es precoz parece sugerir ser más listo, que ha aprendido antes cosas que se esperan de edades más adultas.

Analizando el contexto, nos encontramos en una cultura precoz. Cuanto más se tenga y haga “antes“, mejor. “Acabó la universidad con 19 y con 25 ya tenía tres másteres”. “Yo fui muy precoz, me masturbaba con 5 años”. “Esa niña es un poco precoz, mira cómo coquetea”.

Así nos encontramos con retrasos y precocidades concomitantes. Adolescentes con BMW que no estudian ni trabajan pero que van todos los días al gimnasio, que han experimentado con muchas drogas, con más prácticas sexuales diversas que los y las adolescentes de los 80 y que conocen más terminología sexual/postural que cualquier sexólogo o sexóloga.

Ahora es muy fácil quedarse atrás.

En los últimos años se ha retrasado la edad de emancipación, y en general se ha retrasado la edad de emancipación económica, emocional y relacional. Por un lado el sistema aprieta, por otro hay un equipo de emergencia dispuesto a dejarnos en pañales a muchos niveles. Llegamos con suerte a un trabajo medio con 40 años, entonces nos precipitamos a la carrera de la reproducción, cuando probablemente no muchos llevan más de 10 años viviendo solos y sabiendo qué es cuidar. En esta carrera se ha eliminado la posibilidad de asimilar.

Esto quiere decir que saltamos de emociones,  estímulos  y pensamientos muy rápidamente. Todo es “fast food”. No saboreamos ni interiorizamos. Por lo que en muchos casos ni siquiera somos conscientes del proceso. Y el proceso es tan importante como el resultado. Siguiendo esta analogía de los resultados, podríamos decir que lo único importante de la vida es la muerte. ¿Por qué sino necesitaríamos tanta meditación, focusing y mindfullness? Porque no estamos. Y esto también ocurre en la sexualidad.

Ahora bien, las mujeres ¿tenemos eyaculación precoz? ¿No?  Hay quien dice que ni eyaculamos, pero eso es otro tema. Probablemente hace 200 años tampoco los hombres la tuvieran. ¿Por qué? Porque no se esperaba que “esperaran” a la mujer para su placer. La eyaculación venía cuando tenía que venir, salvo en casos que se esperara “destreza en el amante”.  Ahora se exige esa destreza, a ambos sexos.

“La eyaculación constituye un conjunto de fenómenos neuromusculares que permiten la progresión del semen durante el ciclo de respuesta sexual y su expulsión por el conducto uretral al final del ciclo”

Si bien se encuentra debidamente esclarecido que eyaculación y orgasmo son dos fenómenos diferentes, en ocasiones se han establecido paralelismos entre estos, uno de los cuáles relaciona positivamente la cantidad de volumen de eyaculado con la vivencia del placer sexual en el varón. Esta relación, descrita originalmente por W. Masters y V. Johnson, se ha perpetuado en algunos textos y artículos posteriores.

Según Loraine Ledón Llanez[1], el orgasmo es un suceso que  se encuentra entre la fisiología y la subjetividad, “el orgasmo masturbatorio se ha referido como más intenso físicamente y localizado que el coital, pero este último es más placentero y satisfactorio. Otros autores refieren que el placer y la satisfacción con el orgasmo dependen más de la intensidad psicológica de la experiencia orgásmica, relacionada con los sentimientos y las emociones experimentados”.

A esta subjetividad habría que recordar que a los varones se les educa en el sexo y en la genitalidad como un imperativo. Existe un constante estímulo hacia  lo sexual y sobre todo hacia lo genital desde que nacen. La importancia social del pene,  las conversaciones de pares sobre  la masturbación, incluso carreras a eyacular más rápido ( ¿Y luego nos sorprendemos de que llegue pronto?), el mandato y palabras como “dura”,   “hay que meterla”,  “no seas maricón”, están en el día a día de la subjetividad masculina.

Sobre la genitalidad femenina si no se  esconde  al menos no es estimula, ni se hace bandera de identidad.  Las niñas no hacen carreras para masturbarse, si es que no se las reprende si se tocan. Sobre su genitalidad vuelan palabras más relacionadas con  “ regla”, “preñada”, “ dolor”.

Por lo que es importante ver que son dos genitalidades de las que se  espera que se encuentren, pero ambas – junto con el resto de la subjetividad- son  empujadas desde  el nacimiento a no encontrarse, sino a chocar.

Volviendo específicamente a la EP, algunas de las técnicas utilizadas por los hombres para evitar la eyaculación precoz son: pensamientos distractores (algo alejado a la situación sexual, como puede ser nombres de reyes), coito compensatorio (recompensar con otro encuentro semejante) y la relaciones sexuales (coitales) compulsivas. Este último caso, se da para buscar un mayor placer y más duradero, pero lo único que se hace es “examinarse”. Todas estas técnicas son a evitar, ya que fomentarían la relación emocional y cognitiva con la sexualidad como algo ansiógeno.

Cito a mi amigo y profesor Roberto Sanz cuando hacía la broma -pero no tan broma- del paciente que llega a consulta y dice: “Creo que soy eyaculador precoz” y le responde, “Precoz.. ¿Precoz a qué?”

En cambio, de las mujeres se espera que lleguen al orgasmo, que lo tengan, como sea, pero que lo tengan (sobre todo en relaciones heterosexuales), cuanto antes y más rápido mejor (otro día hablaremos de “cuántos”).

Es en el hombre heterosexual que recae este “trastorno”. Entre hombres homosexuales es muy extraño que se hable de eyaculación precoz, porque  suelen tener encuentros más basados en la funcionalidad y no se espera tanto la simultaneidad. Precoz tiene que ver con pene y con penetración. Es aquella que se da durante la penetración heterosexual  y a veces antes.

¿Qué pasaría si una mujer por estar muy excitada orgasmara antes de la penetración? De hecho muchas mujeres no tienen orgasmos con la penetración o sólo con ella. No creo que se lamentara mucho su compañero-a, a menos que significara el fin de la partida para la pareja.

Hablaremos de dificultades, ya que probablemente un varón desee disfrutar de orgasmos más largos, sobre todo en los caso “ante portas” o “inter femore[2]”.

Qué duda cabe que para cualquier encuentro es bueno acompasarse, aprender a bailar un ritmo común, escuchar el ritmo de la piel y del cuerpo, sus matices. Acompasarse, pero no cronometrarse. De hecho no existe varón que tenga eyaculación precoz masturbándose. Tampoco las mujeres cuando se masturban piensan si ha sido antes de lo debido. ¿Por qué? Porque no existe el factor estrés, o al menos en menor medida. Si la pareja heterosexual deseara acompasarse un poco más, porque a ambos les apetece disfrutar de una penetración más duradera, hay muy efectivas técnicas que se trabajan en consulta.

Según la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de desórdenes mentales (DSM-V), la EP se caracteriza por una eyaculación que ocurre más de 75% de las veces antes, durante o muy poco después de iniciarse la actividad sexual ( bueno realmente solo una parte: penetración  con pene ) y antes de que el hombre lo desee, a consecuencia de la incapacidad percibida para demorar la eyaculación, y que tiene efectos personales negativos en él.

Pero para que sepamos un poco qué ocurre y cómo el género y la sociedad nos determinan compartiré un caso tipo.

Algo que ocurre muy a menudo en los casos de “eyaculación precoz” (masculina) es por un lado la ansiedad de ejecución -de muy diferentes orígenes-, lo cual puede desencadenar en sí una respuesta no esperada. Pero también un importante punto es la anticipación en fantasía. El chico sabe que en unas horas va a ver a su chica y del camino de su casa al restaurante ya la ha desnudado 867 veces y posiblemente besado, penetrado en otras 384 en su mente, antes de haber llegado a la puerta del local. Qué duda cabe de su estado de excitación al llegar a la cama. ¿Es malo? Bueno, lo bueno sería que las mujeres desarrollaran más las fantasías en general. Las fantasías “tipo” en particular, es decir aquellas que los hombres por ejemplo usan para una excitación/ erección más rápida. Así como las fantasías fuera de la situación física (masturbación o en compañía) específica. Es decir, fomentar nuestra erótica y no esperar que ésta nos sea siempre dada exclusivamente por el otro o la otra. En palabras pobres, también las mujeres podrían  ir merendándose a su bombón de camino a la cena.

Los hombres por su parte -volviendo al caso tipo- pueden aprender a acompasar la fantasía a la conducta sexual y esto puede/debe -ya que es un fantástico ejercicio-  entrenarse también a solas. Darse cuenta del recorrido que hace su mente. Respirarse. Darse cuanta de este recorrido en la práctica mastubatoria, si la fantasía es la vecina en el ascensor, dedicarse a prestar atención a qué ocurre en cada situación, en cada gesto, antes de llegar -sin saber cómo- al ático y sin ropa.


[1] Loraine Ledón Llanes. Revista Sexología y Sociedad. 2013; Vol. 19, No. 1 ISSN 1682-0045

[2] Eyaculación  justo antes de entrar en la vagina.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 73

Trending Articles