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Asexuales, última entrega (parte III)

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Intentemos volver  a lo más científico, pero absolutamente cierto no hay nada, ni tan siquiera la ciencia siempre es cierta. No pretendo generar grandes teorías o verdades. Esta reflexión para mi ha sido muy enriquecedora como sexóloga y como ser sexuado que soy. Así que antes de acabar: Gracias.

9.- Sexualidad Vs Genitalidad. Amor Vs Sexualidad: un error que se sigue cayendo en éste como en tantos casos es tomar sexualidad como genitalidad y dividir (o unir forzosamente) sexualidad con amor. La sexualidad siempre tiene afectividad, otra es que no tenga amor, y no siempre tiene genitalidad.

Parece que se hace referencia a personas que no les interesa demasiado el encuentro genital pero sí a otros niveles de piel. Por lo tanto es otra sexualidad, probablemente menos coital.

10.- Demisexual y Aromántico. Dentro de las tipologías de asexualidad encontramos esta definición: “Demisexual, personas que sienten atracción sexual sólo cuando se ha establecido un vínculo emocional/romántico intenso”. Siguiendo esta premisa, las mujeres hemos sido demisexuales hasta hace bien poco. A la mayoría de los seres humanos el estado de enamoramiento les facilita la excitación y el abandono sexual. Muchas personas se erotizan sólo si se establecen lazos de confianza. Como por otra parte hay personas que las expresiones ternura y el afecto las “deserotizan” y no por eso no sienten afecto, simplemente no es su “motivador sexual”, o han creado antagonismo entre el afecto y el deseo. ¿Serían anti- demisexuales?

Arománticos: no experimentan atracción romántica – nos explican que no sólo los asexuales pueden ser arrománticos. Podríamos volver al punto de perfiles de personalidad.

Para entender más click aquí.

11.-Realidades cerradas y realidades líquidas.  Aquí interesa ver la analogía en comparación con la bisexualidad. Santiago de la Iglesia Turiño, analizando el juego entre socialización y biología, afirma que “las relaciones bisexuales son comunes si hay libertad” (De la Iglesia, 2009, 58). Ya que sí, efectivamente: la biología influye. De hecho, en las y los individuos que se sitúan en los extremos de la escala, la socialización puede hacer poco por cambiar su orientación del deseo.

No obstante, aquellos y aquellas que están más en el centro de esta escala tienen una carga biológica menos determinante, será la socialización la que les lleve a unas u otras experiencias.

Vale la pena tomar esta reflexión de la posible revolución sexualidad que supone la bisexualidad.

Marjorie Garber 

Si la bisexualidad es, en realidad y como sospecho, no una orientación sexual más sino más bien una sexualidad que deshace la orientación sexual como categoría, una sexualidad que amenaza y cuestiona el fácil binario de heterosexual y gay e incluso, por sus significados biológicos y fisiológicos, las categorías de género masculino y femenino, entonces la búsqueda del significado de la palabra bisexual proporciona una lección de otro tipo. En lugar de designar a una minoría invisibilizada, a la que aún no se le ha prestado la suficiente atención y que ahora está encontrando su lugar bajo el sol, la bisexualidad, como las mismas personas bisexuales, resulta ser algo que está en todas partes y en ninguna.

En síntesis no hay una verdad acerca de ella. La pregunta acerca de si alguien fue en realidad gay o en realidad heterosexual tergiversa la naturaleza de la sexualidad, que es fluida y no fija, una natatoria que cambia con el tiempo en lugar de una identidad estable, aunque compleja. El descubrimiento erótico que aporta la bisexualidades la revelación de la sexualidad como un proceso de crecimiento, transformación y sorpresa, no un estado del ser estable y plausible de ser conocido.

12.- Lo que sí vale la pena: vale la pena retomar -de la explicación de sus protagonistas cuando hablan de la asexualidad -los grises y la individualidad, alejarnos de las tiranías sexuales y ver como cada persona tiene un mapa y un territorio diferente. Pero como bien sabemos el mapa no es el territorio, sólo una herramienta para movernos en él.

 

Asistimos a una hiper categorización de las personas y sus prácticas, que por una parte visibilizan, protegen y dotan de identidad, pero por la otra siempre dejarán a algo o alguien fuera. Biología y cultura, binario no binario. Entonces, la asexualidad, ¿está cerrada al cambio?, ¿es binaria?, ¿es líquida?  Y sobre todo, ¿cuál es esta revolución?


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